¿Puede una sesión de fotos generar beneficios a mi local?
Las sesiones fotográficas ayudan a dar a conocer el local. ¿Merece la pena invertir en ellas?
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Artículo escrito por: Rentabilibar.
11-08-2021
El marketing digital es un recurso imprescindible para dar visibilidad a los negocios. Así ocurre con la fotografía gastronómica, que puede ayudar a atraer clientes cuando estos visualizan imágenes de alta calidad que les llaman la atención.
La comida entra por los ojos, e invertir en un catálogo de fotos es interesante desde el punto de vista de los negocios. ¿Tiene tu restaurante un catálogo de fotos de sus platos? Te contamos por qué te puede interesar de la mano los expertos en la materia de Aplus Gastromarketing y FACYRE.
Cómo hacer una sesión de fotos
Antes de plantear una sesión de fotos, lo primero que debemos pensar es si podemos abordarla de forma amateur o nos conviene decantarnos por un servicio profesional. Parte del negocio de Aplus Gastromarketing consiste, precisamente, en conectar hosteleros con fotógrafos profesionales (que solo trabajan en fotografía de cocina). Nos comentan que ambas opciones son perfectamente válidas, aunque tienen sus peculiaridades.
Sesión amateur
Para hacer la sesión en modo ‘amateur’, bastará con tener un smartphone con cámara de buena calidad, una caja de luces y un foco. A partir de ahí, Aplus nos recomienda seguir los siguientes pasos:
- Antes de ponerse a hacer fotos es necesario elegir los platos que serán fotografiados, así como cocinarlos.
- Por otro lado, Andrea Merino Martín, Ejecutiva de cuentas en el departamento de comunicación de Aplus Gastromarketing, recomienda “que no sean platos de servicio, sino específicos para la sesión”.
- Asimismo, antes de disparar, conviene ajustar a la perfección la estética del plato. Pablo Bellenda, Director de Comunicación de Aplus Gastromarketing y FACYRE, nos cuenta que “antes de hacer una fotografía es imprescindible cuidar el emplatado”, porque al igual que “no se puede cocinar sin ingredientes, no se puede hacer una fotografía de alta calidad sin haber cuidado la forma”. Para esto, a nivel amateur, podemos optar por ciertos trucos:
- Usar luz natural en las imágenes. Si tu cocina no tiene ventanas que den el exterior, descártala como escenario. Es mejor sacar las fotos en un comedor o en otra zona donde la luz sea uniforme y donde no entren rayos de sol directos. También puedes ayudarte de los anillos de luz disponibles en el mercado, pero esto te obligará a ser más meticuloso con los reflejos.
- Juega con las opciones de enfoque/desenfoque. En fotografía gastronómica funciona muy bien que ciertas partes del plato se vean nítidas y otras no. Muchos teléfonos modernos cuentan con la opción de ‘retrato’, que nos ayudará a poner en práctica este efecto.
- El plano cenital, un acierto. En fotografía todo se trata de ensayo/error, pero hay planos, como el cenital, que no pasan de moda. También puedes buscar formas de inspirarte en Instagram con etiquetas como #foodie o #foodlovers y escoger ideas que tú mismo puedas elaborar sin salir del restaurante.
Sesión profesional
Para obtener un resultado más profesional, esta es la opción más acertada. Supone una inversión, pero debemos pensar que las imágenes nos pueden valer para multitud de formatos, desde cartas online a otras formas de promoción como la web, las redes sociales o para alimentar las fichas de Google my Business y Tripadvisor.
Aplicaremos la misma premisa en la selección de platos que en la sesión amateur. Eso sí, siempre es conveniente pasar por adelantado la información al fotógrafo, así como un documento explicativo que refleje la estética que buscamos para nuestro negocio y los puntos que deben destacar (por ejemplo, el color de cierto ingrediente o el proceso de trabajo del chef en cocina).
También debemos saber que hay que emplear más tiempo en las sesiones fotográficas. Lo más habitual es disponer de tres horas libres para que el fotógrafo profesional tenga tiempo suficiente. Podemos aprovechar un día de cierre -tradicionalmente, los lunes en hostelería- para hacer la sesión con calma, en un ambiente tranquilo y sin tener que atender a los clientes al mismo tiempo.
¿Qué tipo de sesión de fotos es mejor para mi local?
Es importante elegir en base al objetivo de la fotografía. ¿Es para iluminar un menú? ¿Para redes sociales? ¿Se publicarán en una revista? ¿Son para un anuncio en forma de gif? ¿Dan a conocer cómo se prepara la comida? Cada tipo de campaña de marketing necesitará una aproximación fotográfica diferente. Andrea Merino nos comenta que para esto hay diferentes opciones, de forma que podemos definir qué nos conviene más:
- Fotografías de los platos cocinados, las clásicas de la carta.
- Fotografía con retoque y posprocesado.
- Sesiones de vídeo para anuncios promocionales.
- Book de fotos con cocineros y trabajadores, o del local.
¿Por qué merece la pena una sesión de fotos?
Pablo Bellenda nos indica que “la gente ya no entra de manera aleatoria a los establecimientos y eso lo saben los hosteleros”. Las campañas digitales o las opiniones en Google o Tripadvisor pesan mucho. Los futuros clientes “van a ver las reseñas por un lado, y las fotografías por otro”.
El objetivo, nos cuenta este profesional, es destacar sobre la competencia. “Hacer que una magdalena tradicional, que puede estar muy rica pero no destaca en nada a simple vista, parezca un cupcake” y resulte deseable.
Es más, en plena era del delivery, cada vez es más importante que la comida resulte visible para la clientela, tanto si hacen pedidos a través de plataformas externas, como si compran directamente en nuestra web o redes habilitadas.
¿Cuánto cuesta una sesión fotográfica?
Según el portal CronoShare, que recoge tarifas profesionales, una sesión fotográfica tiene costes que rondan entre los 60 euros por hora fotográfica a los 600 euros si se trata de sesiones de preparación de comida, que exigen más tiempo y suelen necesitar muchos más recursos.
A través de los servicios de Rentabilibar, los usuarios pueden contratar dos modelos de sesión de fotos gastronómica: uno básico, a 130 € por 20 imágenes sin retoque; y uno premium, con retoque sencillo a 150 €. Dos alternativas profesionales que se pueden encargar de forma fácil y rápida, que cuentan con un precio mucho más competitivo que el habitual en el mercado y con el que se garantizan todos los estándares de calidad necesarios para dar más visibilidad a tu oferta gastronómica. Un complemento perfecto para hacer que tu negocio continúe creciendo.
Es importante elegir en base al objetivo de la fotografía. ¿Es para iluminar un menú? ¿Para redes sociales? ¿Se publicarán en una revista? ¿Son para un anuncio en forma de gif? ¿Dan a conocer cómo se prepara la comida?
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