¿Qué aporta y por qué instalar un sistema de videovigilancia a mi negocio?

Sólo necesitas instalar una cámara en el local y una App en tu móvil para controlar lo que pasa en tu negocio, estés donde estés. Aprende más sobre la tecnología de videovigilancia y descubre todas sus posibilidades. 

 

A pesar de que la mayoría estamos convencidos que vivimos en un país sin violencia, lo que está claro es que los robos en bares y restaurantes siguen existiendo. De todas las ciudades españolas, Barcelona lidera las infracciones penales. De hecho, la inseguridad de bares y restaurantes es una realidad.

Es por ello por lo que también han aumentado los sistemas de videovigilancia. Podemos pensar que hay es la de contratar los servicios de una empresa de seguridad privada, que instala los tradicionales sensores de movimientos para que salte la alarma cuando alguien accede al negocio.

Sin embargo, con la popularización de las cámaras de vigilancia, el escenario se ha transformado. Con una conexión a Internet y una aplicación instalada en el teléfono móvil, es posible controlar lo que ocurre en nuestro bar o restaurante, recibir avisos cuando se detecta algún intruso e, incluso, activar una alarma sonora. Y sin gastos adicionales.

Por lo tanto, es clave conocer tus riesgos. Todas las empresas, incluso las de menor tamaño, están expuestas a ataques de delincuentes. Por ello, debemos aprovechar la tecnología al servicio de la seguridad, pues ya contamos con productos cada vez más eficientes, para todas las necesidades y a precios muy competitivos. Eso sí, debemos tener presentes los problemas de privacidad, que las instalaciones complejas no son baratas y que no se puede detener el robo “in situ” sino que es una medida de aviso y registro.

Distintos tipos de cámaras de seguridad

Son muchos los tipos de cámaras de videovigilancia existentes en el mercado. Y con el avance de la tecnología poco a poco encontraremos tipos más específicos en función de las necesidades que vayan surgiendo. Las más comunes y sencillas son las cámaras de interior. En su caso no necesitan una carcasa estanca o visión nocturna ya que suele haber iluminación permanente durante las horas que se necesita supervisión.

Por el contrario, están las cámaras con infrarrojos, colocadas en lugares con poca iluminación o que se necesita vigilancia 24 horas. Estas cámaras graban durante el día a todo color y cuando hay poca iluminación encienden de forma automática sus infrarrojos para seguir grabando en blanco y negro.

También están las conocidas como cámaras antivandálicas, es decir, si tenemos un negocio en una zona muy transitada o nuestro establecimiento es especialmente vulnerable a robos y agresiones, estas cámaras son las indicadas. Poseen una carcasa resistente a golpes y se mantienen fijas para seguir grabando todo lo que ocurre. Perfectas para parking, almacenes, discotecas o bares o exteriores de tiendas.

Después hay sistemas más completos (y complejos) como son las cámaras IP, que se conectan directamente a Internet y muestran la imagen del lugar donde está colocada. Con ella podemos utilizar nuestro móvil para ver el negocio desde cualquier parte del mundo, sin necesidad de otros equipos. También hay cámaras con zoom y movimiento y las cámaras ocultas. que se colocan dentro de algún objeto. Éstas en concreto pasan desapercibidas. La colocación, mejor dejarla en manos de un experto.

Pero si no lo tenemos, debemos tener presente algunos consejos para colocar la cámara. En primer lugar, debemos evitar colocar la cámara frente a una fuente directa de luz (ventanales, escaparates o focos, entre otros) para evitar los contraluces. Y en segundo lugar, debemos evitar los lugares poco iluminados o con ausencia total de luz (excepto si vamos a instalar cámaras de visión nocturna).

La cámara de seguridad, ¿es efectiva?

Las cámaras de videovigilancia son las encargadas de captar todo lo que ocurra en un espacio, sea abierto o cerrado. Acerca de la efectividad hemos hablado con Juan Herrera, que es policía nacional y experto en seguridad ciudadana. Para él las cámaras de videovigilancia tienen un papel fundamental, pues «disuaden al ladrón a acceder a nuestro negocio. Y en caso de no disuadirlo, lo detectará y dará aviso para que alguien acuda al sitio lo antes posible».

Es cierto que ese aspecto psicológico, el de disuadir, proporciona a su vez tranquilidad mental al dueño del establecimiento, pues nos advierte de que si intentan acceder a nuestro negocio seremos avisados. Además, desalienta el posible robo, por ser visibles.

Lejos de lo que podamos pensar, este tipo de cámaras de vigilancia son relativamente económicas y el rango de precios en venta en el mercado es amplio. En cualquier caso, asegura el policía, «también permiten monitorear las actividades de las personas que están en nuestro negocio, ya sean clientes como trabajadores. Existe por lo tanto un registro de lo que sucede».

En este sentido, puede recopilar pruebas ante posibles delitos y puede ayudar a tomar decisiones correctas y justas a la hora de resolver disputas: «Contamos con imágenes para resolver disputas».

¿Puedo “espiar” a mis trabajadores?

En general se piensan en las cámaras de videovigilancia para evitar robos de personas ajenas a nuestro negocio. Pero ¿se pueden utilizar para vigilar a mis trabajadores? Tengamos presente que recientemente un juez de Pamplona ha dictado la primera sentencia en España sobre los requisitos para la validez como prueba de las grabaciones de videovigilancia en el control empresarial de la actividad de los trabajadores.

El titular concluye que la prueba obtenida de la grabación es nula porque la empresa se había limitado a poner un cartel avisando de la presencia de cámaras, pero no había informado a los trabajadores de su instalación ni de la concreta finalidad del sistema instalado. Por lo tanto, tengamos claro que quedan absolutamente prohibidas las grabaciones encubiertas porque no servirán de prueba en ningún caso.

Distinto es que tengamos cámaras que no graben, solo para disuadir a quien las ve. En ese caso, si las cámaras no hacen nada, no hay tratamiento de datos y, por tanto, queda fuera del ámbito de aplicación de la Protección de Datos.