Descubre las últimas tendencias en uniformes para hostelería

Como ya os hablamos en este otro artículo de Rentabilibar, existe un tipo de uniforme para cada equipo de hostelería, en función del establecimiento, de su público, de su estética etc.

Siendo el delantal una máxima en el sector, entre otros elementos frecuentes dentro del atuendo que visten los empleados, lo cierto es que las posibilidades son muchas y muy variadas a la hora de elegir la vestimenta que identifique a nuestro bar o restaurante. Idealmente, como parte de la oferta global que se plantea, incluso este elemento puede estar alineado con el concepto del establecimiento.

En esta ocasión, con este contenido, vamos a contaros cuáles son las novedades dentro del sector textil que viste a la hostelería y a referirnos a las tendencias en uniformes que empleamos y que también visten nuestros trabajadores, confiriendo una identidad reconocible y común al equipo.

• En primer lugar, desde la crisis de la primera década del siglo XXI, la ampliación del abanico de ofertas gastronómicas que forman parte de la restauración ha crecido enormemente. También lo han hecho los formatos y conceptos que las amparan, dando pie a que surjan nuevos estilos de servicio con un nivel menor de formalidad en el atuendo de los trabajadores, acorde con la estética de nuevas generaciones que toman el relevo en cocina y sala. Esto afecta tanto a las piezas de ropa como a los zapatos.
  
  Incluso en establecimientos en los que el nivel gastronómico es alto y en los que se practica alta cocina que posiciona una oferta renombrada, hay ciertos códigos que han cambiado. Un buen servicio ya no se identifica únicamente con un servicio clásico, y tampoco con sus uniformes.

• La reducción de las diferencias entre los uniformes masculinos y femeninos se encuentra en pleno auge.
  
  Se rebajan o desaparecen las diferencias entre las piezas de vestimenta para ellos y para ellas y, aunque el delantal se mantiene como pieza básica dentro del registro unisex, pues se trata de una prenda útil y polivalente, también se suman a esta tendencia otras prendas, como los pantalones o el calzado.
  
  
  

• Apostar por la comodidad de los uniformes no supone rebajar su estilo o no invertir en diseño, pero es verdad que cada vez se encuentran menos camisas y chalecos, menos pajaritas, menos cuellos cerrados.
  
  Hay más camisetas o polos, pantalones de hechuras cómodas y zapatillas tipo sneakers que sustituyen a los zapatos negros más tradicionales del sector, incluso combinadas con chinos y americanas.
  
  La comodidad llega también a la calidad de los tejidos, que mejoran en calidad, transpirando y haciendo más fácil trabajar con ellos durante horas.

• La sostenibilidad y la ecología se cuelan en el armario de los trabajadores de hostelería, en una apuesta cada vez mayor por materiales reciclados y reciclables.
  
  En muchos casos, no hablamos solo de una sostenibilidad ligada al medio ambiente, sino a la economía circular y a marcas no siempre pequeñas, pero de mediano tamaño, que garantizan producciones artesanas, de proximidad, con impacto social, éticas con sus trabajadores… y que apuestan por un residuo cero.

• La tecnología ayuda a innovar en todos los ámbitos de la sociedad, y también lo hace en la industria textil que produce los uniformes de nuestro sector.
  
  En los últimos años se han creado nuevos tejidos que resisten a las manchas y a los líquidos en prendas adaptadas al ritmo del sector pero que requieren de menos lavados, ayudando a reducir el uso de agua.

• Los uniformes y las prendas de trabajo de hostelería mantienen un diálogo con el sector de la moda de lujo y surgen prendas diseñadas por marcas en acciones de colaboración o cobranding que, aunque no han llegado a convertirse en la norma, tienen detrás campañas remarcables.
  
  
  Es el ejemplo de la colaboración de la hamburguesería Vicio con Nike.