Las criptomonedas y la hostelería en cinco claves

Las criptomonedas están en boca de todo el mundo. Habrás escuchado a tu cuñado, a tu primo o a un cliente decir que se ha forrado con los bitcoins o que está esperando a que sigan bajando para comprar porque son el futuro.

Seguro que vosotros, hosteleros y hosteleras, os preguntáis de qué va todo ese tema y si te va a afectar, para bien o para mal, en los próximos años, así que hemos decidido daros algunas claves sobre el tema, empezando de cero.

¿Qué son las criptomonedas?

Son instrumentos de pago basados en la tecnología blockchain. Empezaremos por ahí, definiendo qué es la tecnología blockchain. Consiste en, por llamarlo así, un registro contable compartido. Es decir, millones de usuarios conectados en redes registran cualquier operación (compra, venta, registro…) sin necesidad de que intervenga ningún servidor. Por tanto, son los propios usuarios de la cadena de bloques los encargados de “dar fe” de la existencia de la transacción.

Como tecnología en sí misma promete ser una revolución en nuestras vidas, casi comparable a la llegada de internet. Por poner un ejemplo, hay países como Georgia que están sustituyendo el tradicional Registro Civil por la tecnología blockchain, ya que esta tecnología es capaz de crear registros inmutables y perpetuos.

Siguiendo esta misma filosofía de descentralización, las criptomonedas buscan no depender de organismos como bancos centrales o Gobiernos y basarse, exclusivamente, en un sistema de confianza y soporte entre millones de usuarios de todo el mundo.

¿Qué es el bitcoin?

Hay tantas criptomonedas como tipos de usuarios y segmentos de mercado existen. Probablemente, la más conocida es el bitcoin. Aunque nos parezca algo muy nuevo, el bitcoin nació en 2008.

¿Cuánto vale un bitcoin?

Pues como cualquier otra moneda, depende del mercado, de la oferta y de la demanda. Su cotización está sometida a grandes vaivenes, puesto que todavía sostiene una carga especulativa grande ya que, hoy, sus usos son limitados. A finales de 2021, un bitcoin llegó a equivaler a 60.000 euros y, en la actualidad, roza los 20.000 euros.

¿Puedo cobrar en bitcoins en mi restaurante?

La respuesta a la pregunta es que sí, se puede cobrar en bitcoins, aunque con matices y siempre con el debido control de la Agencia Tributaria.

La gran ventaja que ofrecer el cobrar con bitcoins es el hecho de que no se pagan comisiones a ningún banco, como sí ocurre con el cobro en tarjeta de crédito. Además, muchos hosteleros, apoyados en que la cotización del bitcoin no paraba de subir, vieron en eso la posibilidad de lograr un beneficio extraordinario: la cena que hoy cobro en bitcoins tendrá más valor mañana si el bitcoin no para de subir. Ese argumento es inteligente ya que en nuestro sector los márgenes son muy pequeños y arañar un % de rentabilidad al dinero es muy interesante.

En el contexto bajista del bitcoin en el que nos movemos ahora esta criptomoneda ha dejado de ser tan atractiva, pero, sin duda, recuperará el impulso en algún momento.

¿Qué herramientas puedo usar?

Lo más recomendable es que los cobros en criptomonedas los realices a través de plataformas autorizadas. La transacción se realiza mediante una aplicación en la que tu cliente decide en qué criptomoneda te va a pagar, realiza la transacción y tú la recibes en tu wallet (monedero) virtual. De hecho, con un simple QR ya se pueden enlazar el comensal y el restaurante para realizar la transacción en criptomonedas. Sencillo, rápido y barato.

También existen las tarjetas de crédito tradicionales vinculadas a cuentas y monederos en criptomonedas. La aceptación de cobros en este formato conlleva comisiones que dependen de cada entidad bancaria y que pueden ser distintas a las comisiones habituales por el uso del datáfono, así que te recomendamos que consultes con tu banco en el caso de que quieras comenzar a usar este servicio.

¿Qué ventajas tiene para la hostelería admitir bitcoins?

Para empezar, al aceptar bitcoins cumpliríamos la máxima de que lo importante es dar todas las facilidades del mundo al cliente para pagarnos. Además de los bajos costes en comisiones, otra de las ventajas es el poder acercarnos a un nuevo nicho de mercado: la gente más joven.

Las nuevas generaciones son las más iniciadas en el uso de criptomonedas y premian a los negocios que las aceptan. Por ello, muchas franquicias de comida rápida ya aceptan bitcoins, pues una gran parte de su público es joven y usa las criptomonedas en sus transacciones online.

Por supuesto, en el comercio electrónico el uso del bitcoin está más extendido. En el caso de que tu restaurante venda bonos o tarjetas regalo o tengas una tienda online, el bitcoin es un medio de pago para tener en cuenta, y muy aceptado.


En ese caso, la mayoría de las plataformas existentes ya combinan la posibilidad del cobro en bitcoins en modo online y también en modo offline en el propio restaurante, integrando ambas
opciones y centralizando tus operaciones y tu monedero virtual.

¿Qué tratamiento fiscal tiene el bitcoin?

Con lo rápido que avanzan las tecnologías, es habitual que las Administraciones y los Gobiernos vayan con retraso a la hora de definir su marco jurídico y fiscal. Eso ha sucedido con las criptomonedas ya que hasta el 1 de enero de 2023 no estará claramente definida su manera de tributar.

Desde esa fecha será obligatorio declarar las criptomonedas que posean en el nuevo modelo 721. Los sujetos tendrán del 1 de enero al 31 de marzo para realizar la declaración. Además, esta declaración se volverá a presentar cada año, siempre que se sigan teniendo las criptomonedas.

En el caso de que las hayas vendido y hayas obtenido beneficio, deberás de tributar por dicho beneficio en el IRPF o en el Impuesto de Sociedades.  

Esperamos haberos aclarado el sistema de las criptomonedas para iniciarse en el “nivel usuario”. Si eres de las personas que no se fían del funcionamiento de las criptomonedas, recuerda que el sistema de pagos tradicional que usamos cada día se basa también en la confianza: el billete de 50 euros que llevas en el bolsillo no vale eso materialmente hablando (el valor del papel) sino que nos “fiamos” con un acuerdo comúnmente aceptado de que el valor real de ese papel es equivalente a 50 euros.